Lágrimas de satisfacción

Hola María, muchas gracias porque una y mil veces me demuestras que me valoras.
Tengo que decirte, que todo lo que se, me lo enseñó una matrona en La Paz, jamás la olvidaré, yo firmé el contrato por la mañana a las doce en La Paz y a las diez de la noche estaba en paritorio, una unidad en la que nunca había estado.
Humildemente me presenté a la matrona se llama Raquel y le dije que era mi primer día, que no sabía si podría ayudarla en todo, con mucho cariño Raquel me dijo "No tengas miedo, estate toda la noche junto a mi para que no te pierdas ni un detalle, yo te voy a enseñar todo, todo lo que tienes que hacer es acompañarme siempre".
Así lo hice, fue mi maestra jamás la olvidaré y me hizo mucho bien, esa noche la disfruté y aprendí al lado de Raquel todo, colaboré con ella, y me enseñó con una dulzura y cariño que con el interés que yo tenía de aprender fue lo mejor que me podía pasar.
A las ocho y cuarto cuando esperaba en La Castellana el autobus 725 para volver a Colmenar ´Viejo ...no paraba de llorar de satisfacción por todo lo que había aprendido, daba gracias a Dios por habérmela puesto en mi camino, por su cariño, su enseñanza, su paciencia, si... en un turno de noche sabía de mi trabajo todo, porque esa Mujer con mayúsculas me había dedicado su tiempo, y sus ganas de enseñarme se juntaron con mis ansias de aprender y de dar calidad y rendir al máximo, fué una noche inolvidable.
Dios, que no me abandona,en el Infanta Sofía me ha puesto también a ti, María, mi ángel de la guarda, eres una persona especial que desde el primer día que te conocí te cogí mucho cariño, sabes que puedes contar conmigo y que cuando estamos juntas nos ayudamos , sacando el trabajo con una dignidad y calidad excelente.
No tengo padres pero me siento protejida.
Dios pone en mi camino y en cada momento personas dignas de elogiar que me ayudan en mi aprendizaje, tu eres una de ellas.
Disfruto de mi trabajo y soy feliz.
Ahora en el paritorio del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, (Madrid).
QUE DIOS TE BENDIGA MI AMIGA EN EL CAMINO, QUE ESOS MOMENTOS QUE COMPARTIMOS, EN ESTE CAMINO DE ROSAS Y SIN ESPINAS NOS HAGAN CRECER EN VALORES, Y COLABOREMOS CON NUESTRO GRANITO DE ARENA EN HUMANIZAR LA ATENCIÓN SANITARIA.
UN ABRAZO ENTRAÑABLE VICTORIA.