No tengo blog, ¿es grave, doctor?, Por José Manuel Estrada. Agencia Laín Entralgo
No tengo blog, ¿es grave, doctor?
Opinión
22 de Junio del 2010
Por José Manuel Estrada. Agencia Laín Entralgo. Comunidad de Madrid.
A propósito del I Congreso de la Blogosfera Sanitaria, celebrado en Madrid hace unos días. En un futuro no muy lejano, no sólo tendremos que abastecernos de artículos científicos, sino también de los modernos circuitos informativos. Como los blogs.
La cita era de lo más atractiva, en una iglesia rehabilitada (hoy reconvertida en auditorio Ernest Lluch) en el recinto del Instituto de Salud Carlos III, e iba reunir a unos 400 “fans” de los blogs sanitarios. Y no defraudó. Como tampoco defraudan las citas de fans de la serie “Perdidos” o de “La guerra de las galaxias”. He de reconocer, antes de nada, que no tengo blog (todavía) y por ello me consideraba, en cierta medida, un intruso o un inadaptado en dicha reunión, y al mismo tiempo menos abducido por la blogosfera sanitaria que muchos de los asistentes. Pero eso era tan sólo una ilusión óptica. He de reconocer también que hacía mucho tiempo que no veía tantos “egos” (algunos hablaron de frikis) por metro cuadrado. (Pero, ¿no es menos cierto que hay también una similar proporción de egos revueltos en un partido de fútbol, en una reunión del Consejo Interterritorial, en una tertulia de televisión o en un congreso de alta cocina?). Y también hacía tiempo, mucho tiempo, que no veía tanta honestidad, desparpajo y sinceridad entre la mayoría de los participantes.
No pocas veces me había asaltado la pregunta de por qué alguien, en su sano juicio, creaba un blog. Y se ofrecieron respuestas de todos los gustos, para satisfacer mi curiosidad y la de muchos de los asistentes. Todas ellas de lo más lógicas: para informar, para comunicar, para que me lean, para provocar, para crear opinión, para ayudar a mis pacientes, para mejorar la sanidad… Pero, entre todos, el periodista José Antonio Millán, bien alto y claro, ofreció la más convincente: porque sí. ¿Acaso no es ésta la misma razón por la que un periodista escribe un artículo, un cineasta rueda una película, un escritor crea una novela o uno mismo redacta esta pequeña reflexión para e-RAS? Reflexión que, todo sea dicho, sólo leen los incondicionales (entre los que no se incluyen ni mi madre ni mis hijas). De la misma forma que sólo leen los incondicionales de un blog su blog, los lectores de un periódico su periódico, y los telespectadores de una cadena de TV su cadena de TV. ¿No nos movemos todos en círculos más o menos cerrados, entre afines, con los mismos o similares gustos e inquietudes? ¿Por qué Iban a ser menos los blogeros?
Pudimos oír a muchos de ellos, en cada una de las mesas, hablar y hablar de su pasión por su blog, de su pasión por comunicarse y de su pasión por escribir. Me gustaría agradecer, entre otros, a Esther Samper la claridad en su exposición sobre la historia de los blogs, a Vicente Baos la sensatez de sus opiniones, a los Julios (Mayol y Bonis) sus sarcasmos y provocaciones, a la dra. Jomeini su sinceridad y…, por supuesto, a Rafael Bravo la dinámica de la conducción de una de las mesas y la organización del evento, junto a otro par de entusiastas blogeros. Estas líneas sirvan para recordar a cada uno de los ponentes y comunicadores, ¡enhorabuena a todos!
En cierto momento de la mañana, llegó a circular por el aire una pregunta: ¿van a desaparecer los blogs? Seguro que sí, como lo hicieron los dinosaurios y las guías telefónicas. ¿Y qué? Seguro que resurgirán transmutados en un nuevo formato de información y de comunicación (que alguien acabará bautizando con un nuevo nombre ocurrente y pegadizo), más dinámico y más versátil, más moderno aún si cabe. Pero mientras…. disfrutemos del presente, de los textos de Primum no nocere, El blog de Julio Mayol, El supositorio, La pella de gofio del Dr. Bonis…. y tantos otros. Para cuando hayan desaparecido llevaremos ya unas cuantas horas de agradable, polémica y viva lectura de cientos de posts de lo más efímero.
¿Y no son tanto o más efímeros los editoriales de un periódico, los mensajes de twitter o facebook, o las vallas publicitarias? En un mundo donde el ahora ya es pasado, el futuro es casi presente y la noticia de la mañana ya está obsoleta a medianoche (y ahora salen a la luz mis genes bibliotecarios), ¿no sería posible paliar este vértigo mediante el archivo y la conservación de tanta información y opinión fugaces? ¿Para cuándo un PubMed o un Recolecta de blogs, donde los usuarios venideros pudieran consultar, leer, comentar, seleccionar o reírse con las inquietudes, ocurrencias y genialidades de los blogeros sanitarios del 2010 y alrededores? Bien es cierto que cada blog conserva un archivo histórico con todos sus posts y entradas. Pero no es menos cierto que deben de consultarse uno a uno, mes a mes, y año a año para recuperar con cierta fiabilidad aquella entrada que hace tiempo nos sorprendió, nos emocionó y nos enseñó algo nuevo. Y no parece menos cierto que una de las mayores riquezas (aunque al mismo tiempo uno de los principales problemas) de los blogs es su dispersión y diversidad. Si quiero consultar algunos de los blogs que más me interesan, he de dedicar unos cuantos minutos para ir accediendo a cada uno de ellos, uno tras otro. Y otros cuantos minutos más para leer sus contenidos con cierto detenimiento. ¿Para cuándo un Google blogero o un Tripdatabase de blogs (si es que ya existen pido disculpas por mi ignorancia) que me permita localizar en la Red un conjunto determinado de posts en función de sus etiquetas, sus contenidos o sus títulos, como ahora ocurre con cualquier base de datos a partir de unas palabras-clave o términos de búsqueda?
En un futuro no muy lejano, no sólo tendremos que abastecernos de artículos científicos, sino también de los modernos circuitos informativos. Como los blogs, que ofrecen una información de primera mano (tan de primera mano que incluso “Diario Médico”, como señaló una periodista, se nutre de ellos). Una información generada por profesionales conocedores (y partícipes) del sistema sanitario, que tanto a otros profesionales, como a pacientes e incluso a bibliotecarios nos sirve cada día para tomar el pulso, desde la blogosfera, a “nuestro entorno sanitario”.
Tener un blog es una responsabilidad (como lo es también, y a distinto nivel, tener un niño, cuidar una mascota, atender a un paciente, escribir un artículo o realizar una búsqueda bibliográfica). Mantenerlo vivo y útil es una tarea semanal (si no diaria) que requiere esfuerzo, lucidez, constancia, perspicacia, un punto de mala leche, espíritu controvertido, capacidad de polemizar y, sobre todo, ser un agudo observador de la naturaleza humana. ¿Por qué no tengo blog? Porque no cumplo más que uno de estos requisitos, y no pienso decir cuál es.
Estrada, buen artículo que con mucho cariño has hecho dle I Congreso de la Blogosfera Sanitaria.
ResponderEliminarMuy curioso, y bien argumentado, tienes toda la razón tener un blog implica mucha responsabilidad, lleva tiempo, más de lo que parece y tenerlo atractivo y activo no es nada fácil.
Saludos.