Elena Escudero internista del Infanta Sofía entrevistada por Diario Médico..... ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?
"Mi jura de bandera fue algo impresionante"
¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste? La vocación de servicio es lo que llevó a Elena Escudero, del Hospital Infanta Sofía, a ser reservista de las Fuerzas Armadas.
Por el periodista David Rodríguez Carenas - Miércoles, 27 de Abril de 2011 - Actualizado a las 00:00h. de Diario Médico.
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Elena Escudero, internista del Hospital Infanta Sofía, en San Sebastián de los Reyes (Madrid), posa en el hospital.
-Según la Constitución, todo ciudadano español tiene el derecho y el deber de participar en las Fuerzas Armadas, donde el reservista presta sus capacidades civiles. Vi en prensa que la figura del reservista se iba a reglamantar y lo busqué en el Boletín Oficial del Estado. Salió en diciembre de 2003.
¿En qué convocatoria entró?
-Busqué para 2006, en la cual había cuatro plazas para Medicina Interna. Me la daban si pasaba las pruebas física y psíquica y los méritos previos. Se necesita una formación militar básica.
- Defensa es de las instituciones donde mejor lograda está la famosa conciliación familiar. De hecho, tenemos una ministra encantadora
¿Y luego?
-Firmas un compromiso por tres años con una activación anual. Al año siguiente tuve formación específica.
¿Cómo es?
-Me enseñaron muchas cosas que no aprendemos en los hospitales civiles, como la defensa NBQ (nuclear, biológica y química). He tenido la ocasión de conocer a compañeros médicos-militares, ante los que me quito el sombrero. Lo cierto es que en los dos primeros años sólo me aportaron a mí, pero ¿cuándo iba a dar yo? En Defensa hay una escasez de médicos aún mayor que en la sociedad civil. Estuve quince días en San Javier (Alicante), en el Ejército del Aire.
Haga su particular ¡Alístese!
-Pienso que las razones clave son saber cómo son las Fuerzas Armadas y los profesionales que he conocido.Siempre de punta en blanco y con tacones...-Tacones altos.
¿Cómo vieron esto en el ejército?
-Desde fuera se tiene al militar como un hombre de pelo en pecho, lo cual choca con una señora con los ojos maquillados, falda, tacones... Defensa incorporó a la mujer al ejército en 1988 y es de las instituciones donde mejor lograda está la famosa conciliación familiar. De hecho, tenemos una ministra encantadora. Siempre me han tratado con caballerosidad, incluso me han llevado el macuto... Pero alguna anécdota he tenido.
¿Por ejemplo?
-Para la jura de bandera, que en mi caso fue algo absolutamente impresionante. De tacones a uniforme verde y botas de cordones. Al principio nos costaba seguir el orden cerrado -instrucción militar- y bromeaban diciendo que el desfile no era de la pasarela Cibeles. Me ayudaron hombro con hombro hasta que lo hice bien; de hecho, tuve que liderar un grupo de seis en la jura de bandera.
¿Y en el hospital cómo se lo toman?
-Al principio con extrañeza. Te preguntan qué es ser reservista, y yo respondo encantada. Luego quieren saber cómo se me ocurrió.
¿Son muy diferentes la Medicina y la Defensa?
-Hay mucho en común: dedicación, formación, compromiso... Ambas se basan en la vocación de servicio.
¿Tiene posibilidades de salir de España en misión?
-Cada vez es más posible. Sí me gustaría, pero siempre que fuera compatible con mi vida laboral y familiar. Hay que estar fuera al menos dos meses. En las instituciones públicas se contempla conservar la plaza de trabajo, y se quiere incentivar a la empresa privada para que haga lo mismo.
¿Existe el miedo cuando se va a esas misiones?
-En España no hay riesgos añadidos. Fuera sí, aunque sean misiones de paz. Las responsabilidades familiares me limitarían. De ahí mi admiración por quienes han hecho del servicio a los demás una forma de vida.
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