María Ángeles Sánchez Jefe de Servicio de Prevención de Riesgos Laborales en Redacción Médica, una publicación de Sanitaria 2000.
María Ángeles Sánchez, Jefe de Servicio de Prevención de Riesgos Laborales
Las agresiones a profesionales sanitarios no son algo de ahora, sino que se trata de un fenómeno longitudinal en el tiempo. Desde el año 2000 hay iniciativas encaminadas a trazar estrategias para evitar las agresiones con barreras físicas, con campañas de sensibilización. Se percibe una mayor tensión en la relación con el usuario y no siempre el que agrede es el propio paciente, hay una casuística bastante amplia. Los recursos para evitar este tipo de situaciones son bastante escasos. Se han realizado numerosas iniciativas y nos dimos cuenta de que la mayoría de las agresiones ni siquiera se notificaban como accidentes de trabajo. Todo lo que sea proponer medidas específicas, ayuda. Nos basamos mucho en nuestros datos que indican que en 2010, el 40 por ciento de las agresiones están localizadas en AP y el 60 por ciento en los hospitales. En el 12 por ciento de los casos es necesaria la intervención de las fuerzas de seguridad del Estado, mientras que en 20 por ciento de las mismas, es preciso que intervenga miembros de seguridad privada. El incidente tipo es la agresión verbal, aunque las coacciones para intentar conseguir algo del sistema no se quedan atrás. Por lo general, el profesional no se molesta en seguir adelante con todo el proceso de denuncia. El prototipo de agresor es un varón de entre 30 y 40 años. Me pregunto si la feminización del ámbito sanitario puede tener algo que ver. El 60 por ciento de las agresiones que se producen en los hospitales se focalizan en el servicio de Urgencias, en salas de espera, observación o en las propias consultas.
María Ángeles Sánchez:
Las expectativas de los usuarios son demasiado elevadas y es clave trabajar en la prevención primaria, a través de medidas de seguridad estructurales, así como la implantación de medidas organizativas como la citación y las agendas, para garantizar así una mayor calidad del sistema. Además, hay que incidir en las habilidades del médico para afrontar pacientes difíciles o áreas de conflicto. La capacitación va a dar al facultativo mayor seguridad.
Redacción Médica, una publicación de Sanitaria 2000
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