El Hospital Universitario Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes está de enhorabuena!!!
Carlos Esteve Piñeiro es enfermero desde 2007 y ha desarrollado la mayor parte de su actividad profesional en el Hospital Universitario Infanta Sofía, en las unidades de Urgencias, REA, Diálisis y UCI, donde trabaja en la actualidad. Demostrando un gran ingenio y profesionalidad, Esteve ha creado un dispositivo para la diálisis que evita la entrada de aire desde el sistema de sueroterapia.
El OAS (Oclusive Air System) es el nombre con el que el enfermero Carlos Esteve Piñeiro ha bautizado al dispositivo que, tras recorrer un largo camino desde su invención, patentó en enero de 2014. "Se trata de una pequeña válvula, de cuerpo preferiblemente cilíndrico, que está provista de sendas conexiones compatibles con el sistema tipo Luer-lock®; una de ellas es macho, en uno de sus extremos, y otra hembra, en el otro", indica.
El enfermero del Infanta Sofía explica cuál es el fin principal para el que ha sido diseñado el OAS y lo que ello supone. "Su geometría específica y la interacción de fuerzas que tienen lugar en su interior hacen posible que, al conectar un sistema de sueroterapia en uno de sus extremos y las líneas de la máquina de diálisis en el otro, evitemos la entrada masiva de aire que se produce desde el sistema de suero hacia el circuito de diálisis, una vez ha finalizado el volumen total a infundir; evitando así la coagulación de la sangre contenida en las líneas de diálisis".
Las entradas de aire
El inventor de esta válvula recuerda que los sistemas de sueroterapia utilizan la fuerza de la gravedad y la presión atmosférica para poder funcionar. "Con el fin de evitar que se produzca la 'presión de vacío' en los contenedores de suero y/o medicación, los sistemas de sueroterapia están provistos de una ventana con membrana antibacteriana en su cámara de goteo. Esta ventana permite el paso indiscriminado de aire hacia el interior de dicha cámara y es, precisamente, este aire el que, tras finalizar el volumen de infusión programado, sustituye de manera accidental el 'líquido' contenido en el sistema de infusión, pasando posteriormente a través de las líneas de diálisis que contienen la sangre del paciente".
"Este hecho -continúa Carlos Esteve- se ve agravado porque la máquina de diálisis está provista de una bomba de succión que se encarga de movilizar el contenido sanguíneo de las líneas y el suero administrado, siendo su velocidad estándar en la sesión de 400ml/min".
"Cuando el personal de Enfermería administra un suero o medicación durante la sesión de diálisis con los sistemas de suero actuales, si no vigila constantemente junto con el propio paciente que el contenedor no quede vacío, la máquina succionaría aire hacia el dializador y las líneas, provocando diversas complicaciones".
Según Esteve, estos fallos, en parte, son debidos a la situación laboral que hoy se vive en nuestros hospitales. En ocasiones, la falta de personal redunda en una mayor carga de trabajo sobre los profesionales de enfermería que se someten a una gran presión. Este estrés repercute en el cuidado de los pacientes y, a veces, provoca errores inherentes que pueden aumentar el riesgo de entrada de aire en el tratamiento de diálisis si no se dispone de dispositivos de seguridad que ayuden a evitarlo.
El enfermero de UCI del Hospital Infanta Sofía enumera los riesgos y consecuencias de la entrada de aire en el circuito de diálisis:
- Paradas intermitentes de la máquina de diálisis durante la sesión.
- Aumento del tiempo total de la sesión de diálisis.
- Aumento del gasto en recursos humanos y materiales.
- Posible embolismo gaseoso.
- Contaminación bacteriana del sistema por exceso de manipulación del mismo.
- Pérdida del volumen hemático contenido en las líneas de diálisis (hasta de 250cc por cada fallo) provocando anemia iatrogénica.
- Probable aumento de la medicación administrada (para paliar la anemia iatrogénica y la provocada por la enfermedad renal concomitante).
- Disminución evidente de la calidad del tratamiento (los índices de calidad dialítica Kt y Kt/V disminuyen considerablemente).
- Aumento del tiempo total de la sesión de diálisis.
- Aumento del gasto en recursos humanos y materiales.
- Posible embolismo gaseoso.
- Contaminación bacteriana del sistema por exceso de manipulación del mismo.
- Pérdida del volumen hemático contenido en las líneas de diálisis (hasta de 250cc por cada fallo) provocando anemia iatrogénica.
- Probable aumento de la medicación administrada (para paliar la anemia iatrogénica y la provocada por la enfermedad renal concomitante).
- Disminución evidente de la calidad del tratamiento (los índices de calidad dialítica Kt y Kt/V disminuyen considerablemente).
Las mejoras del OAS
Principalmente, la válvula diseñada por Carlos Esteve mejora la seguridad del paciente. Pero además, su inventor asegura que el OAS aportaría otros importantes beneficios tanto para el sistema de salud como para la profesión enfermera. "Hablamos de un sistema que funciona de manera pasiva; es decir, sin la necesidad de interacción humana (salvo en su montaje) por lo que se dotaría a Enfermería de un nuevo dispositivo de seguridad. Este dispositivo permitiría destinar el tiempo invertido en evitar o solucionar los inconvenientes producidos por la entrada de aire en las líneas de diálisis en otros cuidados al paciente, actividades enfermeras de otra índole o incluso mejorar los índices de calidad dialítica durante la sesión".
"Por supuesto además de mejorar la seguridad del paciente, se abaratan considerablemente los costes en material fungible al sistema público de salud. La entrada de aire en el sistema de líneas de diálisis implica, en un alto porcentaje, la necesidad de cambio del material usado durante la sesión; en ocasiones, incluso del dializador si se quiere conservar de algún modo la eficacia del tratamiento", expone.
La creación de una nueva válvula
Como todas las buenas ideas, a Esteve se le ocurrió su invento durante el ejercicio de la práctica diaria. "Tras realizar un pequeño estudio descriptivo del fallo, nos dimos cuenta de que este hecho se produce en más de un 10% de los pacientes (de dos a cuatro pacientes diarios). La anemia iatrogénica producida al paciente, por la pérdida hemática, y el gasto farmacéutico paralelo fueron las dos razones que me llevaron a intentar solventar este problema", cuenta el enfermero.
El OAS fue una idea propia de Carlos Esteve, no obstante, para llevarla a cabo ha necesitado rodearse de un equipo que le acompañara en el viaje. En este sentido, se siente orgulloso de poder compartir el proyecto con su mujer Isabel, también enfermera. "Es la mayor de mis críticas y una compañera incondicional", asegura.
Asimismo, el inventor ha requerido la colaboración de varios ingenieros cualificados y diseñadores de 3D para poder evaluar un diseño inicial y conseguir el prototipo actual. "Además ha sido necesario completar todos los trámites burocráticos que implica el hecho de realizar una patente nacional e internacional, como por ejemplo un estudio de anterioridades registrales, etc.", indica.
En la actualidad, se están valorando diferentes propuestas de grupos inversores interesados, esperando en breve poder concretar alguna de ellas y sin cerrar la puerta a posibles nuevas aportaciones. "Eso nos permitirá poder proponer geometrías alternativas, materiales de construcción, un plan de negocio o incluso una mayor protección jurídica y otras patentes en diferentes países", apunta el enfermero.
Sobre si esta nueva válvula podrá utilizarse pronto en los hospitales, Carlos Esteve se muestra optimista. "Espero que suceda en un corto espacio de tiempo, ya que hay laboratorios que están interesados en la idea, aunque no olvidamos que el desarrollo e implementación de este tipo de dispositivos es un trabajo arduo", reconoce.
"Éxitos por cosechar"
Este enfermero de UCI considera que la Enfermería tiene todavía muchos éxitos por cosechar. "Es nuestra obligación moral. Hay que luchar por hacernos un hueco en este inmenso campo y demostrar que podemos aportar mucho, puesto que somos los que más tiempo pasamos con los pacientes y los que evaluamos de primera mano esta innovación en la técnica y en los materiales".
El dispositivo OAS es, hasta la fecha, el único invento de Esteve hecho realidad, pero muy posiblemente no será el último. "Recuerdo con mucho cariño un cuaderno que Isabel me regaló un Día de Reyes con un título en su portada que decía 'Nunca dejes de perseguir tus sueños...'. En él apunto todas las ideas que me surgen en el desempeño de mi Profesión".
En definitiva, Carlos Esteve sólo ha comenzado un trayecto en el que aún le quedan muchas paradas por recorrer. Piensa seguir investigando y tratando de encontrar mejoras en los sistemas de salud actuales. "Si bien es cierto que llevar a cabo proyectos de este tipo implica una gran dedicación del tiempo libre, un gran esfuerzo económico, etc., creo que, por mi carácter creativo, jamás dejaré de innovar o intentar mejorar un trabajo tan bonito como es el de cuidar de la salud de las personas".
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