Reiki en la sanidad pública: la demanda creciente ha hecho que cada vez sean más los hospitales que lo ofrecen.
El Reiki como terapia alternativa para tratar a determinados enfermos, especialmente a los oncológicos, está experimentando un importante crecimiento en los centros hospitalarios públicos desde que comenzaron las primeras experiencias en 2008. Pese al escepticismo que despierta, son muchos, pacientes y profesionales, quienes hablan de una mejora tras haberse sometido a este tratamiento.
El Reiki -que en japonés significa energía vital universal-, es una terapia energética reconocida por la propia Organización Mundial de la Salud. Esta técnica milenaria se basa en la proyección de la energía a través de las manos, que se colocan en doce posiciones principales del cuerpo donde residen los centros de energía. Son sesiones de unos 45 minutos adaptables al tipo de enfermo en las que el paciente está tumbado en una camilla y el maestro va pasando de una zona a otra.
El principal problema es que no hay ningún estudio científico que demuestre que esta técnica ayuda en el tratamiento de la enfermedad, aunque quienes la practican defienden que mejora el estado de ánimo, la relajación muscular, mejora el sueño y disminuye la ansiedad. No cura, pero favorece la recuperación al desbloquear la energía bloqueada.
El Reiki -que en japonés significa energía vital universal-, es una terapia energética reconocida por la propia Organización Mundial de la Salud. Esta técnica milenaria se basa en la proyección de la energía a través de las manos, que se colocan en doce posiciones principales del cuerpo donde residen los centros de energía. Son sesiones de unos 45 minutos adaptables al tipo de enfermo en las que el paciente está tumbado en una camilla y el maestro va pasando de una zona a otra.
El principal problema es que no hay ningún estudio científico que demuestre que esta técnica ayuda en el tratamiento de la enfermedad, aunque quienes la practican defienden que mejora el estado de ánimo, la relajación muscular, mejora el sueño y disminuye la ansiedad. No cura, pero favorece la recuperación al desbloquear la energía bloqueada.
Lejos de EEUU o Reino Unido
En países como Reino Unido o Estados Unidos el Reiki se emplea en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud, pero en España aún hay bastante distancia hasta esas cifras. Hospitales públicos como el Ramón y Cajal, el Puerta de Hierro y el 12 de octubre de Madrid, el de Guadarrama, el Clínic y el Vall d´Hebron en Barcelona, el San Roque de Las Palmas y el Virgen de la Macarena en Sevilla, decidieron hace años ofertar esta terapia energética a sus pacientes, enmarcados normalmente dentro del ámbito de los cuidados de enfermería. Sin embargo, basándose en la ausencia de evidencia científica, el Consejo de Administración del Sistema Madrileño de Salud (Sermas) decidió eliminar el servicio, que ya no se ofrece en ninguno de sus centros.
Hospitales como el Clínic, Vall d´Hebron, Ramón y Cajal, Puerta de
Hierro o Guadarrama han ofrecido Reiki de modo experimental
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Se suele llevar a cabo con bastante discreción, pese a que el propio Ministerio de Sanidad reconoció hace más de cuatro años que la ausencia de informes de calidad para evaluar la eficacia de las terapias médicas no convencionales no significa que no éstas no sean eficaces.
Los servicios suelen llevarse a cabo mediante voluntarios preparados, aunque en ocasiones es el propio personal enfermero quien aplica el Reiki, como ocurre en el Hospital de Guadarrama desde 2011, misma fecha en la que se puso en marcha también en el Hospital público Puerta de Hierro de Madrid. Tres años antes empezó la experiencia en la Vall d´Hebron, donde los voluntarios de la Associació Reiki Catalunya aplican su terapia a pacientes del hospital materno infantil desde 2008. En 2013 comenzaron la experiencia también en el Clínic con pacientes oncológicos.
Casi 2.000 pacientes al año
Los pioneros en esta introducción de Reiki en hospitales fueron la Asociación Alaia, que ya en 2004 introdujo la técnica en el madrileño Ramón y Cajal, en el servicio de Hematología y en la Unidad de Trasplante de Médula. Sus servicios fueron ampliándose y les llegaron a solicitar además en Oncología, Pediatría y Psiquiatría. Según los datos de Alaia, en 2013 solicitaron sus terapias 1.792 personas entre pacientes, familiares y personal sanitario.
La controversia está servida entre quienes se muestra reticentes a estas terapias por su nulo aval científico y entre quienes, habiendo recurrido a ellas explican que realmente mejoran los efectos de un tratamiento médico con disminución del dolor y la fatiga física. De momento, cada vez son más los centros públicos y también privados en España los que han apostado por ofrecer este servicio debido a una también creciente demanda por parte de los usuarios.
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