Lactancia materna: Inquietudes comunes.
La lactancia materna
Inquietudes comunes
- Dolor en los pezones
- Congestión mamaria
- Taponamiento de los conductos
- Infección del seno
- Micosis
- "Huelga" de lactancia
- Pezones invertidos, planos o muy grandes
- Cómo alimentar a un bebé somnoliento
- Inquietudes sobre el suministro de leche
- Problemas de salud del bebé y la lactancia
- Situaciones especiales y la lactancia
- Más información sobre inquietudes comunes
La mayoría de las inquietudes relacionadas con la lactancia pueden prevenirse. Si surge algún problema, existen muchas maneras de tratarlo inmediatamente llamando a una consejera de lactancia o a otro proveedor de atención médica. Descansar mucho, beber una abundante cantidad de líquido, reducir el estrés y consumir alimentos sanos también le ayudarán a sentirse mejor y a poder superar cualquier desafío inicial que pueda enfrentar después de que nazca su bebé.
Esta lista de inquietudes tiene fines informativos exclusivamente. Sólo una consejera de lactancia o su médico pueden proporcionarle un diagnóstico y tratamiento.
Dolor en los pezones
Muchas madres informan que, al comienzo, la lactancia puede ser dolorosa, hasta que ellas y sus bebés encuentran posiciones cómodas y un buen acoplamiento. Una vez que se logra esto, la lactancia debería ser confortable. No obstante, aún es posible que tenga dolor por alguna excoriación existente. Asegúrese de tratar la herida para que no empeore. Otros problemas pueden causar dolor, incluida la congestión mamaria, las infecciones y el síndrome de Raynaud. El síndrome de Raynaud es un trastorno poco frecuente de los vasos sanguíneos que puede afectar los pezones y provocar dolor a algunas mujeres al amamantar. También puede sentir dolor si su bebé está succionando únicamente el pezón. Interrumpa delicadamente la succión del bebé colocando un dedo limpio en la comisura de la boca e intente de nuevo. Asimismo, el pezón no debe verse aplanado ni comprimido cuando salga de la boca de su bebé. Debe verse redondeado y alargado, o con la misma forma que tenía antes de amamantar. Si su bebé está acoplado correctamente y succiona satisfactoriamente, debería poder alimentarse todo el tiempo que desee sin provocar dolor. Para obtener más información, consulte la sección Aprendiendo a amamantar.
Consejos:
- No posponga la alimentación e intente relajarse para que la eyección de la leche se produzca fácilmente. También puede extraer a mano un poco de leche antes de comenzar a amamantar a su bebé, de modo que él no tenga que sujetarse con más fuerza mientras espera a que salga la leche.
- Si sus pezones están muy doloridos, puede ayudarle cambiar de posición cada vez que amamante. Esto desplaza la presión a una parte diferente del pezón.
- Después de amamantar, también puede extraer manualmente unas gotas de leche y frotarlas suavemente sobre sus pezones. La leche materna tiene propiedades curativas y emolientes naturales para aliviarlos. También pruebe a dejar que los pezones se sequen al aire después de amamantar o póngase una camiseta de algodón suave.
- Ponerse un protector de pezón durante la lactancia no aliviará el dolor en los pezones. Estos elementos, de hecho, pueden prolongar el dolor al hacer que sea más difícil para el bebé aprender a alimentarse sin el protector.
- Evite utilizar sostenes o prendas que sean demasiado apretadas y ejerzan presión sobre los pezones.
- Cambie frecuentemente las almohadillas de lactancia para evitar la retención de humedad.
- Evite utilizar jabón o pomadas que contengan astringentes u otras sustancias químicas en los pezones. Asegúrese de evitar los productos que deban retirarse antes de amamantar. Lavarse con agua limpia es todo lo que necesita para mantener sus pezones y senos limpios.
- Para aliviar el dolor, pruebe frotando lanolina ultrapurificada de grado médico sobre sus pezones después de amamantar.
- Para ayudar al proceso de curación, asegúrese de descansar lo suficiente, consumir alimentos sanos y beber suficiente líquido. Si tiene mucho dolor en los pezones, puede preguntarle a su médico acerca del uso de analgésicos diferentes a la aspirina.
- Si el dolor en los pezones continúa o si sus pezones comienzan repentinamente a doler después de varias semanas de amamantar sin dolor, es posible que tenga una micosis, que puede aparecer en los pezones a causa de la leche. Asegúrese de consultar a una consejera de lactancia o a su médico.
Congestión mamaria
Es normal que los senos aumenten de tamaño, se vuelvan más pesados y estén un poco sensibles cuando comienzan a producir mayores cantidades de leche entre el segundo y sexto día después del parto. Algunas veces, este llenado puede convertirse en congestión mamaria, durante la cual se sienten los senos duros y con dolor. También puede tener hinchazón del seno, sensibilidad al tacto, sensación de calor, enrojecimiento, palpitaciones y aplanamiento del pezón. En ocasiones, la congestión mamaria también causa fiebre de bajo grado y puede confundirse con una infección del seno. La congestión mamaria es el resultado de la acumulación de leche y usualmente sucede durante el tercer al quinto día después del parto. Esto disminuye la circulación y, cuando la sangre y la linfa circulan por los senos, el líquido de los vasos sanguíneos puede filtrarse a los tejidos mamarios.
Todos los siguientes factores pueden causar la congestión mamaria:
- un acoplamiento o posicionamiento deficientes;
- intentar limitar los tiempos de amamantar o amamantar con poca frecuencia;
- dar biberones complementarios con agua, jugo, leche de fórmula o leche materna;
- uso excesivo del chupete;
- cambiar el horario de amamantar para volver al trabajo o a la escuela;
- el bebé cambia el patrón de lactancia al comenzar a dormir durante toda la noche o al ser amamantado con más frecuencia durante una parte del día y con menos frecuencia en otros momentos;
- tener un bebé que tiene una succión débil y que no puede mamar satisfactoriamente;
- cansancio, estrés o anemia de la madre;
- un suministro de leche demasiado abundante;
- daños en el pezón;
- anomalías del seno.
La congestión mamaria puede conducir al taponamiento de los conductos o a una infección del seno, por eso es importante tratar de prevenirla antes de que esto suceda. Si se trata apropiadamente, la congestión mamaria sólo dura uno o dos días.
Consejos:
- Reduzca la congestión mamaria asegurándose de que su bebé tenga un buen acoplamiento y se alimente satisfactoriamente. Amamante frecuentemente después del parto. Permita que el bebé se alimente todo el tiempo que quiera, siempre y cuando esté bien acoplado y succionando correctamente. En las primeras semanas después del parto, debe despertar a su bebé para alimentarlo si han pasado cuatro horas desde el comienzo de la última alimentación. Amamantar frecuentemente del lado afectado ayuda a retirar la leche, mantenerla en circulación y evitar que el seno se llene demasiado.
- Evite los biberones complementarios y el uso excesivo de chupetes.
- Antes de amamantar, intente extraer manualmente o con un sacaleches una pequeña cantidad de leche para primero ablandar el seno, la aréola y el pezón, o masajee el seno y aplique calor (solo utilice calor si los senos gotean; de lo contrario, el calor puede empeorar la hinchazón).
- Las compresas frías entre cada amamantamiento pueden ayudar a aliviar el dolor. Algunas mujeres utilizan hojas de repollo para aliviar la congestión mamaria. Aunque no se ha comprobado su efectividad, a muchas mujeres les produce alivio. Puede utilizar hojas refrigeradas o a temperatura ambiente. Asegúrese de hacer un hoyo para el pezón, colocar las hojas directamente sobre los senos y utilizarlas debajo del sostén. Retírelas cuando se marchiten y reemplácelas con hojas frescas.
- Si va a volver a trabajar, procure extraerse leche siguiendo el mismo horario utilizado con su bebé al amamantarlo en el hogar.
- Descanse lo suficiente, mantenga una nutrición apropiada y consuma líquidos.
- Utilice un sostén de soporte, con un buen ajuste, que no sea demasiado apretado.
Taponamiento de los conductos
Para muchas mujeres es común que en algún momento de la lactancia presenten un taponamiento de los conductos de los senos. El taponamiento de un conducto lactífero se siente como un bulto doloroso y sensible a la palpación en el seno. No está acompañado por fiebre ni otros síntomas. Este taponamiento se presenta cuando un conducto lactífero no drena apropiadamente y se inflama. Entonces, se acumula presión detrás del taponamiento, y el tejido circundante se inflama. Por lo general, el taponamiento de un conducto sólo se produce en un seno a la vez.
Consejos:
- Puede ayudar a aliviar el dolor y acelerar la curación aplicando calor sobre la zona dolorida. Puede utilizar una almohadilla térmica o una pequeña bolsa de agua caliente. Las hojas de repollo no deben utilizarse para un conducto taponado. También puede ser útil masajear la zona, comenzando detrás del lugar que duele. Utilice los dedos haciendo un movimiento circular y masajeando hacia el pezón.
- Amamante frecuentemente del lado afectado. Esto ayuda a desbloquear el taponamiento, mantiene la leche en circulación y evita que el seno se llene demasiado. Puede ser útil amamantar cada dos horas, tanto de día como de noche, primero con el lado afectado.
- Dormir más tiempo o relajarse con los pies elevados puede ayudar a acelerar la curación. A menudo, el taponamiento de un conducto o una infección del seno son el primer signo de que una madre está haciendo demasiadas cosas y se está cansando en exceso.
- Utilice un sostén de soporte con un buen ajuste, que no sea demasiado apretado, ya que esto puede constreñir los conductos lactíferos.
Infección del seno
Una infección del seno, también denominada mastitis, es la presencia de dolor o de un bulto en el seno que puede estar acompañado por fiebre o síntomas similares a los de la gripe, como sentirse débil o dolorido. Algunas mujeres con infección del seno también presentan náuseas y vómitos. También puede presentar una secreción amarillenta del pezón, la cual tiene una apariencia similar al calostro, o los senos pueden sentirse calientes al tacto y tener una coloración rosada o rojiza. Una infección del seno puede presentarse cuando otros integrantes de la familia tienen resfriado o gripe y, al igual que el taponamiento de un conducto, por lo general, sólo se presenta en un seno. No siempre es fácil distinguir una infección del seno del taponamiento de un conducto, ya que ambas condiciones tienen síntomas similares y pueden mejorar al cabo de 24 a 48 horas. La mayoría de las infecciones del seno que no mejoran por sí solas al cabo de ese período deben tratarse con antibióticos. Obtenga más información acerca de los medicamentos y la lactancia.
Consejos:
- Puede ayudar a aliviar el dolor y acelerar la curación aplicando calor sobre la zona dolorida. Puede utilizar una almohadilla térmica o una pequeña bolsa de agua caliente. Las hojas de repollo no deben utilizarse para un conducto taponado. También puede ser útil masajear la zona, comenzando detrás del lugar que duele. Utilice los dedos haciendo un movimiento circular y masajeando hacia el pezón.
- Amamante frecuentemente del lado afectado. Esto ayuda a desbloquear el taponamiento, mantiene la leche en circulación y evita que el seno se llene demasiado. Puede ser útil amamantar cada dos horas, tanto de día como de noche, primero con el lado afectado.
- Dormir más tiempo o relajarse con los pies elevados puede ayudar a acelerar la curación. A menudo, el taponamiento de un conducto o una infección del seno son el primer signo de que una madre está haciendo demasiadas cosas y se está cansando en exceso.
- Utilice un sostén de soporte con un buen ajuste, que no sea demasiado apretado, ya que esto puede constreñir los conductos lactíferos.
Micosis
Una micosis denominada infección por hongos levaduriformes o candidiasis puede formarse en los pezones o en los senos porque prolifera en la leche. La infección se produce por una proliferación excesiva del microorganismo Candida, que está habitualmente presente en el cuerpo y se mantiene en niveles saludables gracias a las bacterias naturales de nuestro organismo. Cuando se altera el equilibrio natural de bacterias, el hongo Candida puede proliferarse excesivamente y provocar una infección. Un signo clave de una micosis en los pezones o en los senos es si presenta dolor en los pezones que no desaparece al cabo de unos días, incluso después de asegurarse de que su bebé tiene un buen acoplamiento y un buen posicionamiento, o si sus pezones comienzan repentinamente a doler después de varias semanas de amamantamiento sin dolor. Otros signos de micosis incluyen pezones rosados, con escamas, brillantes, con prurito o agrietados, o pezones de color rosado intenso y con ampollas. También es posible que presente dolor punzante en la parte profunda del seno durante la lactancia o después de este, o senos doloridos.
Algunas de las cosas que pueden causar candidiasis incluyen: tener un entorno demasiado húmedo sobre su piel o sobre los pezones doloridos o agrietados; tomar antibióticos, píldoras anticonceptivas o corticosteroides; tener una alimentación que contenga grandes cantidades de azúcar o alimentos con levadura; o tener una enfermedad crónica como infección por VIH, diabetes o anemia.
También puede aparecer la infección en la boca del bebé por el contacto con los pezones, y se evidencia como pequeñas manchas blancas en el interior de las mejillas, las encías o la lengua. Esto se denomina candidiasis. Muchos bebés con candidiasis no quieren mamar, tienen demasiados gases o están irritables. Una micosis del bebé también puede aparecer como sarpullido por el pañal, y tener el aspecto de pequeños puntos rojos alrededor de un sarpullido. Este sarpullido no desaparece utilizando las pomadas habituales para tratar sarpullidos causados por el pañal.
Pida ayuda si usted o su bebé tienen estos síntomas. También debe comunicarse con su médico y el médico de su bebé para obtener un diagnóstico correcto y recibir el tratamiento al mismo tiempo, a fin de prevenir el contagio de la infección entre ambos. Las micosis pueden ponerla en riesgo de contraer otro tipo de infección del seno, por eso es importante obtener ayuda. Sus médicos decidirán cuál es el mejor tratamiento para usted y su bebé.
Consejos:
- Las micosis pueden tardar varias semanas en curarse, así que es importante intentar no diseminarlas. No congele leche que se haya sacado mientras tenía la infección. Cambie frecuentemente las almohadillas de lactancia desechables, y lave cualquier toalla o ropa que entre en contacto con el hongo utilizando agua muy caliente (por encima de 122 °F).
- Use un sostén limpio todos los días.
- Lávese las manos a menudo y lave también las de su bebé, especialmente si este se chupa los dedos.
- Para eliminar la infección, hierva una vez al día durante 20 minutos todos los chupetes, tetinas de biberón o juguetes que su bebé se lleve a la boca. Después de una semana de tratamiento, deseche los chupetes y tetinas, y compré unos nuevos.
- Hierva diariamente durante 20 minutos todas las partes del sacaleches que entren en contacto con la leche.
- Asegúrese de que los otros miembros de la familia no tengan candidiasis ni otras micosis. Si alguno de ellos presenta algún síntoma, procure que reciban tratamiento.
"Huelga" de lactancia
Una “huelga” de lactancia ocurre cuando el bebé ha sido amamantado bien durante varios meses y, repentinamente, pierde el interés en la lactancia materna y comienza a rechazar el seno. La huelga de lactancia puede significar que al bebé le están sucediendo varias cosas y que este está tratando de comunicarse con usted para hacerle saber que algo anda mal. No todos los bebés reaccionan igual a diferentes situaciones que pueden causar una huelga de lactancia. Algunos continúan la lactancia sin problema, otros se vuelven irritables frente al seno y otros muestran un rechazo absoluto del seno. Algunas de las principales causas de una huelga de lactancia incluyen:
- dolor en la boca por la dentición o por una micosis, como la candidiasis, o herpes labial;
- una infección del oído, que provoca dolor al succionar;
- dolor por ciertas posiciones durante la lactancia, ya sea por una lesión en el cuerpo del bebé o dolor después de una vacuna;
- estar molesto por una separación prolongada de la madre o un cambio importante en la rutina;
- estar distraído durante la lactancia porque empieza a interesarse en otras cosas que lo rodean;
- un resfriado o congestión nasal que dificultan la respiración durante la lactancia;
- disminución del suministro de leche por el complemento con biberones o el uso excesivo de un chupete;
- respuesta a una reacción fuerte de la madre si el bebé la ha mordido;
- estar molesto por escuchar discusiones o personas hablando con un tono severo con otros miembros de la familia mientras se está amamantando;
- reacción al estrés, exceso de estimulación o haber sido rechazado reiteradamente cuando deseaba la lactancia.
Si su bebé está en huelga de lactancia, es normal que se sienta frustrada y molesta, especialmente si su bebé no está contento. Es importante que no se sienta culpable ni que piense que ha hecho algo equivocado. Sus senos también pueden generarle molestias a medida que la leche se acumula.
Consejos:
- Procure extraerse leche siguiendo el mismo horario utilizado con su bebé al amamantarlo, a fin de evitar la congestión mamaria y el taponamiento de los conductos.
- Intente temporalmente utilizar otro método de alimentación para darle su leche al bebé, como una taza, gotero o cuchara. Esté atenta a los pañales mojados y sucios de su bebé, con el fin de asegurarse de que esté recibiendo suficiente leche.
- Siga ofreciéndole el seno al bebé. Si el bebé está frustrado, deténgase e inténtelo nuevamente después. Inténtelo cuando el bebé está durmiendo o muy somnoliento.
- Pruebe diferentes posiciones para amamantar.
- Concentre toda su atención en el bebé, y reconfórtelo con más caricias y mimos.
- Pruebe amamantarlo mientras se mece en un cuarto silencioso donde no haya distracciones.
Pezones invertidos, planos o muy grandes
Algunas mujeres tienen pezones que de manera natural se encuentran invertidos, apuntan hacia adentro del cuerpo en lugar de apuntar hacia fuera, o están aplanados o no sobresalen. Algunas veces, los pezones pueden aplanarse temporalmente debido a la congestión mamaria o a la hinchazón durante la lactancia. En algunas ocasiones, los pezones invertidos o planos pueden dificultar la lactancia, ya que al bebé le puede resultar más difícil acoplarse. No obstante, recuerde que para que la lactancia funcione, su bebé tiene que acoplarse tanto al pezón como al seno, así que incluso los pezones invertidos pueden funcionar bien. Los pezones muy grandes pueden hacer que sea difícil para el bebé lograr colocar un área suficiente de la aréola dentro de su boca a fin de comprimir los conductos lactíferos y obtener suficiente leche.
Pezón invertido | Pezón plano | Pezón normal |
Consejos:
- Antes de tener a su bebé, sepa qué tipo de pezones tiene, de modo que pueda estar preparada en caso de que tenga algún problema para lograr que el bebé se acople adecuadamente.
- Si tiene pezones planos, invertidos o muy grandes, hable con una consejera de lactancia en el hospital o en una clínica de lactancia para obtener ayuda adicional.
- Existen dispositivos especiales diseñados para sacar hacia afuera los pezones invertidos o temporalmente aplanados que pueden utilizarse para ayudar al bebé a acoplarse, o bien, usted puede utilizar sus dedos para intentar sacarlos.
- En muchos casos, los pezones invertidos sobresaldrán más a medida que el bebé comience a acoplarse y el tiempo transcurra. La succión del bebé ayudará.
- Los pezones planos causan menos problemas que los pezones invertidos. Un buen acoplamiento y un posicionamiento adecuado usualmente son suficientes para asegurarse de que el bebé acoplado a un pezón plano esté bien amamantado.
- El acoplamiento de los bebés cuyas madres tienen pezones muy grandes mejorará con el tiempo, a medida que el bebé crezca. En algunos casos, puede tomar varias semanas lograr que el bebé se acople bien, pero si la madre tiene un buen suministro de leche, su bebé obtendrá suficiente leche, incluso con un acoplamiento deficiente.
Cómo alimentar a un bebé somnoliento
En las primeras semanas después del parto, debe despertar a su bebé para amamantarlo si han pasado cuatro horas desde el comienzo de la última alimentación. Usted puede:
- retirar todas las cobijas;
- cambiar el pañal de su bebé;
- colocar a su bebé en contacto con su piel;
- masajear la espalda, el abdomen, los brazos y las piernas de su bebé.
Si nota que su bebé tiende a quedarse dormido en el seno durante la lactancia, podría intentar la técnica de compresión del seno, que se hizo popular gracias al Dr. Jack Newman, pediatra y experto en lactancia. Esta técnica puede ayudar a que el bebé obtenga más leche en cada alimentación, manteniéndolo con una alimentación activa durante más tiempo para "terminar" el primer seno que se le ofrece. Esta técnica no aumenta su riesgo de presentar taponamiento de los conductos.
Cuando el bebé está bebiendo leche, no es necesario que aplique compresión del seno, pero una vez que el bebé ya no esté bebiendo y esté simplemente mordisqueando, puede iniciar la técnica. Vea los diagramas a continuación. Haga clic en el botón "Siguiente" para una demostración o vea la versión de sólo texto.
Una vez que su bebé haya terminado el primer seno y aún desea más leche, usted puede ofrecerle el otro seno. Los signos de que su bebé terminó con el primer seno son quedarse dormido y no realizar la secuencia de abrir bien la boca, hacer una pausa y luego succionar. Si la compresión no funciona al comienzo, no significa que tenga que cambiar de seno inmediatamente. Si su bebé se aleja del seno por sí solo, ofrézcale primero el mismo seno para ver si beberá más. Si no es así o si su bebé se está poniendo irritable o somnoliento debido a que el flujo de leche es lento, puede cambiar a su bebé al otro seno. Usted puede experimentar con esta técnica e implementar las variaciones que le funcionen mejor.
Pida ayuda si tiene alguna pregunta o inquietud en el caso de que su bebé se quede dormido durante la mayoría de las alimentaciones y acerca de si está recibiendo suficiente leche.
Inquietudes sobre el suministro de leche
Aunque la mayoría de las madres pueden producir abundante leche para sus bebés, a muchas les preocupa si tendrán suficiente leche. A algunas mujeres les preocupa tener demasiada leche, situación en la cual el flujo de leche proveniente de un seno demasiado lleno puede hacer que la lactancia sea estresante e incómoda para la madre y el bebé.
Si está preocupada acerca de su suministro de leche, consulte a una consejera de lactancia para llegar a la raíz del problema. Verificar frecuentemente el crecimiento y el peso del bebé es la mejor forma de asegurarse de que está recibiendo suficiente leche. Si tiene alguna inquietud acerca del aumento de peso de su bebé, hable con el médico de su bebé.
La Liga de La Leche da los siguientes consejos para los casos en los que el suministro de leche es bajo:
- Procure amamantar a su bebé con frecuencia y durante todo el tiempo que este desee hacerlo.
- Ofrezca ambos senos cada vez que amamante. Haga que su bebé permanezca en el primer seno mientras aún esté succionando y tragando. Ofrezca el segundo seno cuando el bebé disminuya la velocidad de succión o se detenga.
- Permita que su bebé decida cuándo terminar la alimentación. Esto puede suceder cuando su bebé se duerma y se desprenda del seno después de aproximadamente 10 a 30 minutos de succionar y tragar activamente.
- Asegúrese de que su bebé esté bien acoplado y en una buena posición. Tal vez a su bebé le vaya bien con la “lactancia alterna”, es decir, alternar de seno dos o tres veces cada vez que amamante. Cambie de seno cuando la succión se haga más lenta y su bebé trague con menos frecuencia.
- Procure limitar o interrumpir el uso del chupete mientras prueba los anteriores consejos al mismo tiempo. Si está complementando la alimentación de su bebé, incluso temporalmente, procure utilizar una cuchara, taza o un suplementador de lactancia.
- Evite darle leche de fórmula o cereales a su bebé, ya que pueden hacer que el bebé no desee tanto la leche materna. Esto disminuirá su suministro de leche. Su bebé no necesita alimentos sólidos hasta los seis meses de edad.
- Asegúrese de descansar lo suficiente, consumir alimentos sanos y beber suficiente líquido.
También puede haber momentos en que usted crea que su suministro es bajo, pero que en realidad esté bien:
- Cuando su bebé tenga entre seis semanas y dos meses de edad, es posible que ya no sienta los senos llenos. Esto es normal. Al mismo tiempo, su bebé puede alimentarse durante solo cinco minutos cada vez. Esto puede significar que usted y su bebé simplemente se están adaptando al proceso de lactancia... ¡y que cada vez lo hacen mejor!
- Al cabo de, aproximadamente, seis semanas del parto, ya no hay calostro en su leche. Esto puede causar menos deposiciones, lo cual es normal y probablemente no sea un problema de suministro.
- Los períodos de mayor crecimiento pueden hacer que su bebé quiera alimentarse por más tiempo y con mayor frecuencia. Estos períodos de mayor crecimiento pueden suceder entre las dos y tres semanas, a las seis semanas y a los tres meses de edad. También pueden suceder en cualquier momento. No se angustie pensando que su suministro es demasiado bajo. Deje que su bebé la guíe; amamantar cada vez con más frecuencia ayudará a incrementar su suministro de leche. Una vez que su suministro aumente, probablemente volverá a su rutina normal.
La Liga de La Leche da los siguientes consejos para los casos en los que el suministro de leche es excesivo:
- Amamante con un seno para cada alimentación, y continúe ofreciendo el mismo seno durante al menos dos horas hasta la siguiente alimentación completa.
- Si es necesario, aumente gradualmente la duración de la alimentación con un seno.
- Si esta estrategia no funciona, intente extraer toda la leche de los senos y luego alimente al bebé con un seno hasta que sienta que el otro está absolutamente lleno.
- Si siente que el otro seno está absolutamente lleno antes de que esté lista para amamantar con ese lado, sáquese leche manualmente o con un sacaleches durante algunos minutos para aliviar parte de la presión.
- Para reducir las molestias y la hinchazón, utilice hojas de repollo verdes, crudas y frías, o una bolsa de arvejas congeladas.
- Alimente a su bebé antes de que esté demasiado hambriento, a fin de disminuir las probabilidades de que succione agresivamente.
- Intente alternar las posiciones para amamantar, por ejemplo, recostándose hacia atrás o en posición lateral (posiciones que no permiten que la fuerza de gravedad ayude a expulsar la leche).
- Para reducir la fuerza de la expulsión de la leche, sostenga su pezón entre el dedo índice y el dedo medio, o con el lado de la mano, para comprimir los conductos lactíferos.
- Si el bebé se ahoga o salpica, apártelo del seno y deje que el exceso de leche salga hacia una toalla o un paño.
- Permita que su bebé se acople y desacople del seno cuando él lo desee.
- Si su bebé tiene gases, haga que eructe frecuentemente.
- Pregúntele a su consejera de lactancia y a su médico si el uso de ciertas hierbas y fármacos podría ayudar a reducir la producción de leche.
Problemas de salud del bebé y la lactancia
Existen algunos problemas de salud que pueden afectar a los bebés y así dificultar la lactancia. Usted puede mantenerse firme con su decisión de amamantar y obtener ayuda de una consejera de lactancia. La leche materna y la lactancia temprana siguen siendo lo mejor para su salud y la de su bebé, aun más si su bebé es prematuro o está enfermo. Incluso si su bebé no puede alimentarse con leche materna directamente de usted, lo mejor es extraerse leche manualmente o con un sacaleches y dársela a su bebé en una taza o un biberón. Asegúrese de mantener el contacto de la piel de su bebé con la suya.
Algunos de los problemas de salud más comunes en los bebés que pueden hacer que la lactancia sea más difícil incluyen:
Ictericia
La ictericia es una condición que es común en muchos recién nacidos. La piel y los ojos se tornan amarillentos y es causada por un exceso de bilirrubina, un pigmento amarillo que es un producto presente en la sangre. Todos los bebés nacen con una cantidad extra de glóbulos rojos, los cuales sufren un proceso de degradación y se eliminan del cuerpo. Los niveles de bilirrubina en la sangre pueden ser altos debido a una mayor producción de esta en un recién nacido, a una mayor capacidad del intestino del recién nacido para absorberla y a una capacidad limitada del hígado del recién nacido para manejar grandes cantidades de esta. Muchos casos de ictericia no necesitan tratamiento; el médico de su bebé monitoreará cuidadosamente los niveles de bilirrubina de su bebé. Algunas veces, los lactantes tienen que separarse temporalmente de sus madres para recibir un tratamiento especial con fototerapia. En estos casos, es posible que no esté recomendada la lactancia y que se le den al bebé suplementos u otros líquidos. Sin embargo, la Academia Estadounidense de Pediatría (en inglés) no aconseja dejar de amamantar a los bebés con ictericia, y sugiere continuar la lactancia frecuente, incluso durante el tratamiento.
Si su bebé tiene ictericia o desarrolla ictericia, hable con el médico de su bebé acerca de todas las opciones posibles de tratamiento, y dígale que no desea interrumpir la lactancia, siempre que sea posible.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Algunos bebés tienen una condición denominada enfermedad por reflujo gastroesofágico (gastroesophageal reflux disease, GERD), la cual se presenta cuando el músculo que se encuentra en la entrada del estómago se abre en el momento equivocado y permite que la leche y los alimentos vuelvan hacia el esófago, el tubo de la garganta. Los síntomas de la GERD pueden incluir:
- regurgitación abundante o regurgitar después de cada alimentación o algunas horas después de comer;
- vómitos explosivos, en los que se expulsa la leche de la boca enérgicamente;
- llanto inconsolable, como si tuviera alguna molestia;
- arqueado de la espalda, como si tuviera un dolor intenso;
- rehusarse comer o alejarse del seno durante la lactancia;
- despertarse frecuentemente durante la noche;
- aumento de peso lento;
- problemas para tragar;
- tiene arcadas o se ahoga;
- enrojecimiento o dolor de garganta frecuente;
- hipo o eructos frecuentes;
- signos de asma, bronquitis, sibilancias, problemas para respirar, neumonía o apnea.
Muchos bebés sanos pueden presentar algunos de estos síntomas y no tener GERD. Asimismo, también hay bebés que presenten sólo unos pocos de estos síntomas y tienen un caso grave de GERD. No todos los bebés con GERD regurgitan o vomitan.
Algunos bebés con GERD no tienen un problema médico grave, pero cuidar de ellos puede ser difícil, ya que tienden a ser muy irritables y se despiertan frecuentemente durante la noche. Es posible que los casos más graves de GERD deban tratarse con medicamentos si el bebé, además de regurgitar, también se rehúsa mamar, aumenta poco de peso o está perdiendo peso, o tiene períodos de arcadas o se ahoga.
Consulte al médico de su bebé si observa que su bebé regurgita después de cada alimentación y si tiene alguno de los demás síntomas mencionados anteriormente. Si su bebé tiene GERD, es importante que continúe amamantándolo, ya que la leche materna se digiere más fácilmente que la leche de fórmula.
Labio leporino y el paladar hendido
El labio leporino y el paladar hendido son algunos de los defectos congénitos más comunes que se presentan cuando el bebé se desarrolla en el útero. Una hendidura, o una apertura, en el paladar o en el labio pueden suceder conjuntamente o por separado, y ambos defectos pueden corregirse mediante una cirugía. Ambas condiciones pueden impedir la lactancia del bebé, ya que la boca del bebé no puede amoldarse bien al pezón y la aréola ni extraer leche del seno eficazmente.
El paladar hendido puede presentarse en uno o ambos lados de la boca del bebé, y puede ser parcial o completo. Justo después del parto, una madre cuyo bebé tenga paladar hendido puede intentar amamantarlo, y puede empezar a extraerse leche inmediatamente para mantener su suministro. Incluso si el bebé no puede acoplarse bien al seno, puede alimentárselo con leche materna utilizando una taza. En algunos hospitales, a los bebés con paladar hendido se les coloca una pieza bucal denominada obturador, que se ajusta a la hendidura y la sella para facilitar la alimentación. Después de que se le realiza la cirugía al bebé, este debería poder alimentarse exclusivamente mediante la lactancia.
El labio leporino puede presentarse en uno o ambos lados del labio del bebé. La madre puede probar diferentes posiciones para amamantar y utilizar su dedo pulgar o el seno para llenar la apertura que queda en el labio y así lograr que la boca del bebé se amolde al seno. Con la reparación del labio leporino, es posible que la lactancia sólo tenga que detenerse durante algunas horas.
Si su bebé nace con labio leporino o paladar hendido, hable con una consejera de lactancia en el hospital para recibir asistencia tan pronto como sea posible. La leche materna y la lactancia temprana continúan siendo lo mejor para la salud de su bebé.
Situaciones especiales y la lactancia
Hijos múltiples
Las madres de hijos múltiples pueden sentirse abrumadas por la idea de amamantar más de un bebé a la vez. Los beneficios de la leche materna para estas madres y para los bebés son los mismos que para todas las madres y bebés.
En el caso de las madres de hijos múltiples, la lactancia temprana y frecuente es importante para mantener su suministro de leche. Un buen acoplamiento de cada bebé es importante para evitar el dolor en los pezones. Para muchas madres es más fácil alimentar a los bebés al mismo tiempo y no por separado, y cada vez es más fácil a medida que los bebés crecen. Existen muchas posiciones para amamantar que facilitan la alimentación de más de un bebé a la vez.
Si tiene hijos múltiples, hable con una consejera de lactancia acerca de las diferentes formas en que puede alimentar a sus bebés satisfactoriamente.
La lactancia durante el embarazo
La lactancia durante su siguiente embarazo no es un riesgo para su hijo pequeño que amamanta ni para el nuevo bebé en desarrollo. Si tiene algunos problemas con su embarazo, como dolor uterino o sangrado, antecedentes de parto prematuro o problemas para aumentar de peso durante el embarazo, es posible que su médico le aconseje el destete. Algunas mujeres también eligen destetar en ese momento porque tienen dolor en los pezones a causa de las hormonas del embarazo, tienen náuseas o les resulta incómodo amamantar debido al crecimiento del abdomen. También es posible que su hijo pequeño decida, por cuenta propia, dejar de mamar, debido a los cambios en la cantidad y el sabor de su leche. El niño necesitará alimentos sólidos y líquidos adicionales, ya que es probable que, durante el embarazo, usted produzca menos leche.
Si continúa amamantando a su hijo pequeño después de que nazca el bebé, puede alimentar primero al recién nacido a fin de asegurarse de que reciba el calostro. Una vez que su producción de leche aumente pocos días después del parto, podrá decidir cuál es la mejor forma de satisfacer las necesidades de cada uno, especialmente las necesidades del recién nacido con respecto a usted y su leche. Tal vez desee pedirle a su pareja que le ayude a cuidar de uno de los niños mientras usted está amamantando. Asimismo, necesitará consumir más líquidos y alimentos sanos, y deberá descansar más, ya que estará cuidando de usted misma y de dos niños pequeños.
La lactancia después de una cirugía de senos
La cantidad de leche que puede producir depende de la forma en que se realizó la cirugía, la ubicación de las incisiones y los motivos para realizarla. Las mujeres que han tenido incisiones en el pliegue debajo de los senos tienen una menor probabilidad de tener problemas en la producción de leche en comparación con las mujeres que tuvieron incisiones alrededor o a través de la aréola, lo cual puede cortar los nervios y conductos lactíferos. Por lo general, las mujeres que tienen implantes de seno amamantan satisfactoriamente. Si alguna vez se sometió a una cirugía de senos por cualquier motivo, hable con una consejera de lactancia. Si está planeando someterse a una cirugía de senos, hable con su cirujano acerca de las formas en que puede conservar la mayor cantidad posible de tejido mamario y de los conductos lactíferos.
Adopción y la lactancia inducida
Muchas madres que adoptan desean amamantar a sus bebés y podrán hacerlo satisfactoriamente con un poco de ayuda. Muchas de ellas necesitarán complementar su leche materna con leche materna donada o leche de fórmula, pero algunas madres adoptivas pueden amamantar exclusivamente, en especial si han estado embarazadas previamente. La lactancia es una respuesta hormonal a una acción física; por lo tanto, la estimulación provocada por la lactancia del bebé hace que el cuerpo perciba la necesidad de leche y que la produzca. Cuanto más amamante una mujer a su bebé, mayor será la cantidad de leche que produzca su cuerpo.
Si va a adoptar y desea amamantar, hable con su médico y una consejera de lactancia. Ellos pueden ayudarle a decidir la mejor forma de intentar establecer un suministro de leche para su nuevo bebé. Tal vez pueda prepararse sacándose leche con un sacaleches cada tres horas, todo el día, durante dos a tres semanas antes de que su bebé llegue, o puede esperar hasta que el bebé llegue y comenzar a amamantar entonces. Dispositivos tales como un sistema de nutrición suplementaria (SNS) o un relactador pueden ayudarle a asegurarse de que su bebé obtenga la nutrición suficiente y de que sus senos estén estimulados para producir leche al mismo tiempo.
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