¿Qué pasaría si decido no hacer nada?
La revista TIME nos ha sorprendido con una pregunta en portada: "¿Qué pasaría si decido no hacer nada?" Desiree Basila, una profesora de 60 años, acababa de ser diagnosticada de un carcinoma ductal in situ (DCIS en inglés) y, agobiada por la agresividad de las propuestas de tratamiento que se le ofrecían, empezó a indagar por su cuenta y se dio cuenta de que había muchos elementos desconocidos acerca de la progresión de este tipo de lesión y, además, vio que no había acuerdo en la comunidad científica sobre cuál debía ser la terapéutica más apropiada para su caso. Por este motivo tomó una decisión valiente, pidió a su oncóloga no hacer nada, lo cual se tradujo en dos controles al año y un tratamiento con tamoxifeno, un medicamento que bloquea los estrógenos que podrían hacer crecer el tumor.
El caso de Desiree Basila es bastante valioso porque cuando tomó esta decisión, hace 8 años, todavía no se sabía que la mortalidad de las mujeres con DCIS, al margen del tipo de tratamiento que adopten, es del 3,3%, cifra comparable a la de la población general, y tampoco se sabía que la quimioterapia no tiene ningún efecto sobre los tumores en estadiaje inicial. Pero para entender mejor la presión que tuvo que soportar Desiree, habría que añadir que la actitud de la mayoría de oncólogos, incluso en los casos de DCIS, era, y sigue siendo, la de "cuanto antes mejor y cuanto más mejor".
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