¿Por qué ayunar (de vez en cuando) puede alargar tu vida?

Las nuevas corrientes dietéticas promueven saltarse el desayuno o la cena e incluso pasar un día a la semana sin comer no sólo como método para adelgazar sino por sus múltiples beneficios


El actor Hugh Jackman explicó en una entrevista que para meterse en el cuerpo de Lobezno, icónico personaje de los X-Men, pasaba 16 horas sin comer y se alimentaba solamente durante las ocho horas restantes. Angelina Jolie también desveló que ayunaba dos días a la semana, en los que sólo se alimentaba de líquidos, y Beyoncé estuvo durante 14 días a base de zumo de limón y sirope de arce para perder algunos kilos. Son muchos los famosos que han experimentado con ello, influenciados por las nuevas corrientes dietéticas que se han puesto de moda tanto para perder peso como para hacer un plan detox después de una época de abusos, pero ¿es realmente efectivo y saludable el ayuno?
"Esta tendencia va en contra de lo que hemos estado recomendado los últimos años (comer tres o cuatro veces al día era lo que se aconsejaba), pero teníamos poca evidencia científica de que ésta fuera la forma más correcta de alimentarse. Ahora hay algunos datos y estudios que apuntan que el ayuno podría tener efectos beneficiosos para la salud", explica Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad. Habla del llamado ayuno intermitente, un método terapéutico en el que se deja de comer de forma controlada durante un periodo de tiempo concreto. Hay propuestas más radicales y otras más suaves. Éstas son las más conocidas:
Diario. Consiste en dividir las 24 horas en franjas en las que se puede comer y en las que no. La más habitual, es la llamada 16/8: 16 horas de ayuno y ocho para alimentarse. "Según se va tolerando el método, se irá disminuyendo el tiempo dedicado a comer hasta 20/4", explica Marta Villarino nutricionista del servicio de oncología del Hospital Infanta Sofía de Madrid.
Semanal. Normalmente un día o dos, pero no seguidos.
Mensual. Es la que menos seguidores tiene, en la que se realiza dos o tres días seguidos cada mes.
El ayuno ha formado parte de nuestra cultura religiosa como elemento purificador a lo largo de la historia. "Trataría de emular las condiciones reales de nuestros antepasados que, ni mucho menos, comían cinco veces al día. Los colectivos contrarios le suelen achacar muchos de los prejuicios asociados a la inanición: pérdida de músculo y ralentización del metabolismo que, a la larga, facilitaría el aumento de peso. También aseguran que puede bajar el azúcar en sangre hasta niveles peligrosos, generar dolores de cabeza, carencia de nutrientes y un estado de mayor irritación. Estos problemas, sin embargo, no son propios del ayuno intermitente, si no de la inanición, ayunos realizados sin el necesario control de un profesional sanitario o cuando se hacen de forma errónea", asegura el nutricionista Juan Revenga. "También puede provocar hipotensiones, falta de nutrientes y de energía, daños en órganos vitales e incluso paradas cardiorrespiratorias y la muerte", explica María Amaro, nutricionista de la Clínica Feel Good.
En personas sanas no tiene ningún riesgo, pero "su utilización debería analizarse en profundidad en el caso de determinadas enfermedades y plantearse el no aplicarse en situaciones como el embarazo o en las distintas etapas del crecimiento", explica Revenga, que matiza que el ayuno no es para todo el mundo. "Debe tomarse como un estilo de vida, como el vegetarianismo, más que como una dieta en sí. No debería ser de quita y pon". Además, "a corto plazo se pierde peso, pero cuando se vuelve a la rutina, se recupera en poco tiempo", agrega Amaro. Por otro lado, "de nada nos va a servir si cuando toca comer tiramos de procesados en vez de hortalizas, frutas, carnes magras, legumbres y cereales integrales", continúa Revenga. Otro riesgo es que se puede "llegar a la siguiente ingesta con mayor apetito y favorecer que las comidas y cenas sean más copiosas, menos equilibradas y que haya más picoteo antes de realizarlas", dice Villarino.

Beneficios

Numerosos estudios realizados en los últimos años hablan de los beneficios que aporta la restricción calórica mediante el ayuno intermitente como elemento favorecedor de la esperanza de vida. "Estamos revisionando viejas tradiciones porque se está viendo que no es tan malo como se pensaba", asegura Tinahones. Por un lado, está la pérdida de peso y la aceleración del metabolismo. "Cuando se pasa un tiempo sin ingerir nada, la glucosa se agota y se pasa a eliminar las grasas sin afectar a la masa muscular. Incluso se está viendo que hacer ejercicio en ayunas movilizaría estas grasas", continúa.
Otros estudios afirman que "aumenta la llamada proteína de la juventud, mejorando las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, y ayuda a mejorar la resistencia a las infecciones", dice Amaro. "También se ha visto que mejora algunos parámetros bioquímicos relacionados con la inflamación y el perfil lipídico, la salud cardiovascular y la diabetes", explica Revenga. De hecho, "personas con este tipo de alimentación después de ocho semanas redujeron el colesterol", complementa Amaro. Además, varios estudios demuestran que tiene cierto efecto sobre las células cancerígenas, limitando su avance y haciendo que el crecimiento de éstas sea menor. En cualquier caso, "Es necesario que haya más investigación al respecto ya que está aún en fases iniciales", puntualiza Villarino.
¿El remedio para todos los males? Quizá no, pero la ciencia ya se ha pronunciado sobre un método que médicos de países como Alemania o Francia han empezado a prescribir.


http://www.elmundo.es/vida-sana/bienestar/2018/01/14/5a58a419e2704efc708b45b3.html

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