GRACIAS UNA PALABRA SENCILLA DIGNA DE PRONUNCIAR. SER AGRADECIDO ES DE BIEN NACIDO. EXTRAORDINARIO ARTÍCULO EL IMPACTO POSITIVO DE LA GRATITUD EN EL TRABAJO.


 


Linda Roszak Burton en Physician Leadership del pasado 25 de diciembre plantea que estudios recientes han mostrado que un entorno tóxico de trabajo y una fuerza laboral crónicamente descomprometida originan serios problemas para las organizaciones sanitarias.

De forma natural el prejuicio de la negatividad que asienta en nuestra mente inhibe las emociones positivas, incluyendo la de gratitud. Si no hacemos un esfuerzo deliberado para centrarnos en lo positivo y en trabajar bien en nuestro entorno laboral sucumbiremos a este prejuicio, toleraremos la negatividad y una cultura de trabajo poco sana con el efecto de pérdida de productividad e ingresos. Actualmente las investigaciones sobre la psicología positiva y neurociencia están facilitando una mayor comprensión del efecto positivo de la gratitud sobre el entorno laboral, sobre el compromiso y sobre el éxito de las organizaciones.

La psicología positiva se puede definir como: “el estudio científico de las fortalezas que permiten que los individuos, comunidades e instituciones prosperen”. Esto no implica la ausencia de dolor y sufrimiento, sino que hace que nos fijemos en nuestras fortalezas para maximizar nuestro potencial y lograr una mayor satisfacción y felicidad.

En este sentido es fundamental en estas investigaciones el papel de la ciencia de la gratitud para mejorar la salud y el bienestar individual y organizacional. Ésta que anteriormente se consideraba exclusivamente una emoción se está comprobando que es mucho más compleja.

La gratitud se puede categorizar de múltiples formas y entre ellas destacan:

1.- Estar en un estado de gratitud: la emoción que sentimos cuando alguien nos ha ayudado.

2.- “El rasgo gratitud”: la frecuencia y facilidad con que experimentamos gratitud.

Robert A. Emmons en “Gratitude Works” reconoce que en la gratitud intervienen tres aspectos de nuestras mentes:

a).- Intelectualmente reconocemos un beneficio.

b).- Conscientemente reconocemos el beneficio.

c).- Emocionalmente apreciamos el beneficio y al que nos lo ofrece.

Según Alex Korb existe un circuito de gratitud en nuestro cerebro que necesita urgentemente entrenamiento. Fortalecer ese circuito nos facilita el poder de incrementar nuestra salud física y mental y nos hace sentirnos más conectados a los demás.

Los últimos estudios sobre la gratitud son muy convincentes. Por ejemplo, el realizado por la Asociación Americana de Psicología encontró que pacientes con patologías cardiacas que mantenían un diario de gratitud durante 8 semanas mostraban reducciones en los niveles de varios marcadores de inflamación mientras escribían en el mismo. Esto ocurría tanto en el caso de los pacientes de alto riesgo como en los que habían sufrido recientemente un evento coronario agudo.

También, una investigación sobre veteranos de la guerra de Vietnam ha puesto de manifiesto que aquellos que mostraban altos niveles de gratitud experimentaban menores tasas del síndrome de estrés postraumático. Otras investigaciones han demostrado que los participantes que escribían diarios de gratitud tenían menos síntomas de enfermedades físicas y se quejaban menos de su salud. Otra mostró que mejoraba la calidad del sueño y las horas del mismo.

Evidencias crecientes apuntan al papel que la gratitud juega en incrementar la resiliencia cunado nos enfrentamos a experiencias complicadas y conflictivas en nuestra vida.

Además del creciente número de investigaciones sobre los beneficios en la salud y en el bienestar de la gratitud, se han realizado estudios colectivos sobre cómo afecta positivamente el compromiso de los profesionales y el bienestar organizacional.

Según la multinacional Globoforce la gratitud es el ingrediente secreto para construir una gran cultura. En su libro “The power of thanks”, Eric Mosley y Derek Irvine destacan su importancia como movilizador de una mayor productividad y como factor que ayuda a que las organizaciones prosperen. Los profesionales que se sienten valorados y que son reconocidos por sus contribuciones muestran mayores niveles de satisfacción en su trabajo, mantienen relaciones más productivas, se sienten motivados para dar lo mejor de sí mismos y trabajan mejor para conseguir los objetivos de la organización.

Otro importante estudio destaca el impacto positivo de la gratitud en el bienestar organizacional ya que expresar gratitud se encontró que es un predictor consistente de una serie de resultados incluyendo un menor grado de agotamiento y cinismo entre los empleados, comportamientos más proactivos, mejor clima laboral en relación a la seguridad y salud, mayor satisfacción laboral y menor absentismo debido a enfermedades.

Las investigaciones recientes sobre lo que ocurre con la actividad cerebral cuando la persona experimenta gratitud muestran una activación de los centros de recompensa, así como otras múltiples regiones del cerebro incluyendo aquellas responsables del razonamiento moral, de la justicia, de la empatía, de considerar las opiniones d elos demás y del bienestar psicológico.

La neuroplasticidad o capacidad del cerebro de formar nuevas conexiones ayuda a descubrir estos beneficios de la gratitud. Al tener nuestras mentes un bien construido sesgo hacia la negatividad es más fácil que percibamos exclusivamente lo negativo ,porque esos circuitos neuronales llevan tiempo utilizándose. La buena noticia es que si cambiamos el foco de nuestra mente a través de practicar la gratitud de forma sostenida comenzaremos a crear y a fortalecer nuevas y existentes conexiones neuronales. Cuanto más fuerte sea nuestro circuito de gratitud tendremos más esperanza y estaremos mejor equipados para afrontar los problemas, para sanarnos y para volver a cargarnos de energía.

Al considerar la mente humana el entorno laboral como un sistema social el sentirnos poco valorados o tratados sin respeto activa las regiones del dolor del cerebro. Estos sentimientos son tan poderosos como un golpe físico en la cabeza y sus efectos son fuertes y mantenidos durante mucho tiempo. Si añadimos el estrés diario y los sentimientos de sentirnos desbordados nos encontraremos inmersos en una espiral descendente de negatividad y pesimismo que ocasionará efectos nocivos a largo plazo sobre nuestra salud y bienestar y sobre el de nuestros colaboradores. En algún momento este tipo de cultura organizacional conduce a alta rotación de los profesionales, a pérdida de productividad y de beneficios.

Se ha comprobado que muchas sustancias como la dopamina, serotonina y oxitocina se liberan en el torrente sanguíneo cuando reflexionamos, expresamos o escribimos sobre sentimientos de gratitud:

a).- La dopamina al expresar gratitud se libera y nos sentimos bien ya que desencadena emociones positivas, nos sentimos más optimistas y promueve la camaradería.

b).- La serotonina también se libera al reflexionar o escribir sobre los aspectos positivos del trabajo y de nuestra vida y eleva nuestro ánimo, nuestra voluntad y motivación.

c).- La oxitocina se libera cuando nos sentimos agradecidos con las personas con las que nos relacionamos y facilita la construcción de conexiones seguras con los demás. Favorece los comportamientos prosociales y la confianza mientras inhibe al cortisol u hormona del estrés.

Una encuesta realizada en Estados Unidos a nivel nacional encontró que aunque el 90% de los encuestados se consideraban a sí mismos como personas  agradecidas, solo el 52% de las mujeres y el $44% de los hombres encuestados expresaban su gratitud de forma regular. El mismo estudio descubrió que las personas tendían a expresar menos gratitud en el trabajo pero estaban deseosas de que su jefe mostrase gratitud por su trabajo. Los encuestados indicaban que ellos como respuesta se sentirían mejor en el trabajo y estarían dispuestos a trabajar más.

Otro estudio, éste exclusivamente sobre gratitud en el trabajo, encontró que las personas es en el trabajo donde tienden a ser menos agradecidas: el 60% no expresando nunca o rara vez gratitud en el trabajo y el 74% nunca o raramente expresando gratitud a su jefe. El mismo estudio mostraba, como en el caso anterior, que el 81% estarían más motivados para trabajar duro si tuviesen un jefe que expresase gratitud.

Conseguir alguno de los beneficios de la gratitud, sean a nivel personal o profesional, comienza en nosotros y en nuestro compromiso para mostrar gratitud. Existen diversas maneras de “practicar” la gratitud,, pero para obtener los mayores beneficios la autora recomienda seguir los tres pasos siguientes:

1.- Pensar y reflexionar sobre personas, experiencias y comportamientos específicos que tienen un sentido y son importantes en nuestras vidas.

2.- Describir específicamente la razón por la que estamos agradecidos a la persona, experiencia o comportamiento.

3.- Describir cómo nos hemos beneficiado e identificar las intenciones, acciones y posibles sacrificios que se han hecho por nosotros.

Utilizando este nivel de especificidad considerar las siguientes sugerencias para crear y mantener la práctica de la gratitud:

a).- Redactar un diario de gratitud. Es una de las formas más significativas de practicar la gratitud. Escribir de una a tres veces a la semana. Comenzar con uno relativo a la familia y el trabajo para crear el hábito. Si no nos gusta escribir podemos dibujar, pintar, etc… las experiencias.

b).- Hacer un listado que incluya a todas las personas hacia las que sentimos agradecimiento. Escribirlas para decírselo o hablar con ellas y contárselo.

c).- Escribir dos o tres cosas que nos han ido bien en el día y describir el por qué.

d).- Encontrar tiempo para reflexionar sobre una emoción positiva que hayamos experimentado en las últimas 24 horas y pensar en las razones por las que nos sentimos agradecidos hacia esa emoción.

e).- Pilotar una intervención de gratitud en nuestro trabajo, por ejemplo, o incorporar la ciencia de la gratitud en los programas de bienestar y coaching de los profesionales.

f).- Desarrollar e incorporar un ritual de gratitud para comenzar todas las reuniones en el trabajo.

g).- Instaurar días de apreciación y reconocimiento en el trabajo.

h).- Pedir a alguien que sea un  embajador de gratitud en el equipo.

g).- Crear una comisión de gratitud para que recuerde a todos la importancia de la gratitud en nuestro entorno laboral.

Como conclusión, la autora plantea que en un mundo de permanentes distracciones, saturación de trabajo y con frecuencia alta negatividad seguimos teniendo la necesidad humana de pensar en todo lo bueno que tenemos, mostrar gratitud a los demás y de encontrar un sentido a nuestra vida cotidiana.

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